Capitulo XXIX Café amargo

Capitulo XXIX

Café amargo

 

“Cada rosa tiene su espina” *4

 

El contacto de vampiros con humanos es sumamente limitado… si no les somos útiles, no existimos para ellos. Quizá esa fue la razón de que Emma me incluyera en su vida durante su estancia en mi ciudad, quizá yo era una especie de experimento para ella, o al menos le era útil de alguna manera.

Quiero pensar que le era útil de algún modo y no solamente representaba para ella café gratis.

–¡No! ¿Tú de nuevo?

–Si oficial, otra vez yo.

Pasó mucho tiempo para que Emma dejara de tratarme como si me odiara… o quizá no fue mucho tiempo, pero para mí fue una eternidad

–¿Qué se te ofrece ahora? ¿Vas a volver a pagar por todo el café que yo pida?

–Es eso o comprarte flores… –ya se habrán imaginado ustedes que sus oscuras gafas me impidieron notar el desprecio en su mirada, pero la expresión en su rostro no se ocultó ni por un momento-

–Pero supongo que no las aceptaría oficial.

–Bien, como desees. Es tu dinero el que se pierde; y tu tiempo el que se desperdicia… yo no perdería mi tiempo si fuera tú. No tienes tanto tiempo como piensas.

Al momento no entendí esas palabras, claro, después de todo quien iba a esperar que con mis escasos 27 años yo pensara a futuro. Aunque claro, no era a eso a lo que ella se refería

–Solo deseo que dejemos atrás todos estos incidentes y comencemos de nuevo. Mi nombre es

–¡Basta! Me interrumpió del mismo modo que una madre lo haría con un hijo que está dando una mala excusa.

–Mira, si deseas perder tu tiempo está bien, este es un país libre, pero al menos hazme el favor de no desperdiciar el mío. Si deseas pagar el café que yo pida, lo acepto. Pero solo con la condición de que guardes silencio. No me interesa saber de ti. Que acepte el café no significa que acepte tu presencia o tu conversación.

Para ser un vampiro, esas palabras encerraban muy bien el comportamiento humano de algunas mujeres… solo que al menos Emma estaba siendo honesta mientras que esas mujeres solían ser evasivas. No hace falta explicarles en cuantas partes mi corazón se rompió ese día, tampoco hace falta decir que, aún con mi expresión de tristeza, de nuevo pagué su orden y observé en total silencio como se alejaba sin decir si quiera un “gracias”

Foam in a cup of coffee as a symbol of yin yang

Referencia 4

Canción » Every rose has its thorn «

Autor Bret Michaels

Grupo Poison

Debajo de la piedra se esconde el diamante

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